viernes, 28 de abril de 2017

28 de abril Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo.

¿De qué salud laboral hablamos en estos tiempos laborales y sociales, precarios y de basura?

 
El modelo de relaciones laborales del estado español, está enfermo de neoliberalismo y ausente de derechos fundamentales. Desde el gran pacto social del 77 (Pactos de la Moncloa), hemos asistido a la voladura de unas relaciones laborales e industriales, basadas en un equilibrio entre el capital y el trabajo, hasta situar el modelo social (toda relación salarial es una relación social), como un modelo precario, inseguro y de imposible proyecto de futuro para una vida digna de la mayoría social, las personas asalariadas.

 
La reforma del PSOE en el 84/85, se cargo el contrato estable y fijo, como el único contrato ordinario en el derecho laboral. Se crearon hasta 14 modalidades de contratos temporales y se terminó con la relación estable entre la persona asalariada y su empleo.
 
La reforma del PSOE en el 94, liberaliza las condiciones de trabajo en jornada, horario, sistemas retributivos, turno, etc. y Expedientes de Regulación de Empleo (ERE), dotándoles a los empresarios de toda autoridad para modificar de manera unilateral las condiciones de trabajo. La Administración (el estado) es una mera espectadora en los ERE y se introduce la flexibilidad como norma de organización del trabajo.
 
Las distintas reformas a partir de los 90, liberalizan hasta tal punto los mercados laborales que los sistemas de organización del trabajo pasan a tener un eje sobre el cual gira todo el modelo: la descentralización productiva, los sistemas de trabajo donde las contratas y subcontratas, apalancan el modelo precario, inseguro y vulnerable del mismo y la libertad absoluta del capital, pasa a constituir el único principio de la vida.
 
La liberalización de los mercados de bienes y servicios, de la energía, de las telecomunicaciones, de los transportes, las finanzas, así como la desregulación laboral y el desmantelamiento y entrega al mercado privado de los denominados servicios públicos, recorre toda la época de finales del siglo XX y los 17 años que llevamos del siglo XXI, siendo la UE quien determina y fija las reglas de las políticas económicas, fiscales y sociales.
 
El 2011 para el Estado español, marca un punto de inflexión, al originarse un golpe de muerte al estado social y de derecho, con la Reforma del artc.135., que pulveriza las bases de la sociabilidad, descohesionando la misma, empobreciéndola y precarizándola, y aumentando exponencialmente la desigualdad social. Se ha instaurado un régimen de injusticia social.
 
Los cambios legislativos, las reformas laborales, representan la legalidad aplicada con mano de hierro sobre las clases asalariadas y la flexibilidad ha inspirado toda la legislación laboral desde hace ya más de 33 años.
 
Nos encontramos con un marco de relaciones laborales enfermo de neoliberalismo: inseguro para las personas trabajadoras, a la vez que ha disuelto el carácter colectivo del conflicto, individualizando las relaciones laborales y tratando de sustraer la naturaleza social y colectiva de las relaciones salariales.
 
Se ha alcanzado la homogenización a la baja de las condiciones de trabajo, en torno al criterio de flexibilidad y se ha posibilitado la restructuración salvaje que el empresariado ha llevado y está llevando a “termino” en todos los sectores de actividad, sin límites institucionales y sin resistencia sindical.
 
La vulnerabilidad, la inseguridad, se expresan como la fractura entre presente y futuro, también como fractura entre individuo y colectividad. Se expresa en una disminución en la capacidad de emancipación de las personas trabajadoras, especialmente jóvenes y mujeres, y de la cada vez más escasa cobertura institucional, lo que conlleva un empeoramiento integral de la salud no solo en la cadena del trabajo, sino en la propia vida de las personas.
 
Un modelo enfermo que ha sido capaz, por medios autoritarios y disciplinarios: leyes, organización del trabajo, sentencias, de trasladar todos los riesgos a las personas trabajadoras y que a la vez, cuando esa persona se da de baja por tener deteriorada su salud por el hecho de trabajar, puede ser despedida sin más.
 
Ante un modelo enfermo de neoliberalismo, solamente el empoderamiento de las personas trabajadoras, puede generar una buena salud laboral y social. 
 
 

martes, 25 de abril de 2017

1º de mayo.

La CGT llama este 1 de Mayo a todas las personas, organizaciones y colectivos sociales, a las personas migrantes, a las pensionistas, a las estudiantes, a las mujeres, a las desahuciadas de sus casas y de sus empleos, a las represaliadas por luchar, a la clase trabajadora en general, a Manifestarse desde la dignidad de clase para ejercer el derecho a la protesta que pretenden eliminar, a través de Sentencias condenatorias para quienes luchan y Sentencias del máximo tribunal español (el Tribunal Supremo), que legalizan el esquirolaje empresarial cuando las personas trabajadoras convocan Huelgas para defenderse de las agresiones empresariales.

1º de Mayo, día de reivindicación y de lucha con la clase trabajadora atrapada en una espiral de desposesión de derechos y libertades a la que nos han conducido los vasallos de la Troika (U€, FMI y BCE) y sus aliados, con el pretexto de una crisis, que no es más que una estafa social de grandes proporciones y de la que unos cuantos se han beneficiado a costa de la mayoría.

Los anarcosindicalistas consideramos que cada ser humano tiene derecho a labrar su destino con sus propios actos y, al mismo tiempo, creer que hay un futuro mejor para todas y todos. En defender ese futuro centramos el conjunto de nuestras luchas. Lo hacemos desde el presente, intensamente, día a día. Y atentos a las experiencias y al ejemplo de quienes nos precedieron en la lucha, a quienes recordamos en esta fecha con especial emoción. Aquellos que pelearon para conquistar la dignidad y los derechos que nos intentan arrebatar con el beneplácito de algunos sindicatos convertidos en gestoras y negocios, olvidando que deberían ser organizaciones por y para la defensa de los intereses de las trabajadoras.

A ser protagonistas de ese futuro, es a lo que la CGT te convoca en esta jornada y en cuantas luchas llevan a cabo todos los días las compañeras y compañeros que la integramos. Un futuro, el de la clase trabajadora, que no queremos en manos de la clase política. La vieja: casposa, reaccionaria y represora, que recorta nuestros derechos y nuestros servicios públicos y sostiene el aparato legal que permite a las empresas aplicar la explotación y la precariedad por sistema, especialmente con nuestros jóvenes. La nueva: disfrazada de alternativa, escudada en un falso discurso de modernidad o escondida en el paraguas de la reivindicación nacional para ocultar su vergonzoso apoyo a la burguesía de siempre, instalados todo/as en la instituciones cuya ocupación ya genera el bochornoso espectáculo de la lucha por las poltronas y los votos.

Nos hemos enfrentado con huelgas, manifestaciones y reivindicaciones en diversos sectores contra la vorágine empresarial y de la administración: los remolcadores, el transporte, el telemarketing, la sanidad privada, los socorristas, la limpieza, la enseñanza, en los puertos, los restaurantes de los trenes, contra la especulación urbanística ….., y hemos respondido a cada una de las agresiones con la movilización, consiguiendo victorias que nos permiten mantener que con la lucha, se consigue defender, mantener y conquistar derechos.

Frente a sus recortes, la CGT salimos a la calle, en defensa de unos servicios públicos de calidad y al servicio de todos. La CGT defiende la enseñanza, la sanidad, el transporte, una administración pública, servicios sociales al servicio de los ciudadanos y gestionadas por trabajadores y usuarios y no para que se sirvan de ellas corruptos ni estafadores

La injusticia se ha enquistado en la sociedad. La concentración de la riqueza en pocas manos, una legislación laboral hecha a medida de los empresarios que permite toda clase de tropelías, el ataque a las pensiones públicas en beneficio de las privadas, los pactos sociales que nos imponen los agentes sociales y que no son más que retrocesos para las trabajadoras, la ley mordaza utilizada para reprimir cualquier respuesta ante la injusticia, el código penal aplicado a quienes reivindican derechos….., todo ello para perpetuar la desigualdad y reprimir a quienes luchan.

Exigimos la derogación de las dos últimas Reformas Laborales y de la ley Mordaza, libertad para todas las personas encarceladas y encausadas, despedidas de sus empleos o multadas por luchar; la Renta Básica como garantía de supervivencia; Servicios Públicos como Derechos Esenciales de las personas, y empleos estables con salarios y condiciones dignas.

La CGT llama este 1 de Mayo a todas las personas, organizaciones y colectivos sociales, a las personas migrantes, a las pensionistas, a las estudiantes, a las mujeres, a las desahuciadas de sus casas y de sus empleos, a las represaliadas por luchar, a la clase trabajadora, en general, a manifestarse desde la dignidad de clase para ejercer el derecho a la protesta que pretenden eliminar.

La CGT estaremos este 1 de Mayo en las calles reivindicando un cambio de modelo social basado en el reparto de la riqueza, el apoyo mutuo, la igualdad y la autogestión.

 

Os esperamos el PRIMERO de MAYO en la plaza de Legazpi para hacer oír nuestras voces a partir de las 12h, y después en la plaza frente al Museo Reina Sofía, para Bailar juntas nuestra Revolución con PENADAS POR LA LEY, MATANDO GRATIS y PORRETAS.

domingo, 23 de abril de 2017

1º de mayo.

Manifestación 1 de mayo, contra el pacto social, las dos reformas laborales y por unas pensiones publicas dignas.

A las 12:00h Legazpi - Atocha