Nerviosismo: Son las 8 de la mañana y noto un nudo en el
estómago. Mientras me dirijo a la audiencia nacional, no puedo dejar de
pensar en lo injusto que es que todo el trabajo y esfuerzo de tantos
compañeros se resuelva en unas cuantas horas por una serie de personas
ajenas a la realidad que vivimos.
Ánimo: Cuando llego a la audiencia veo a un grupo de compañeros
de Indra, CGT, Cobas y Unificando Las Luchas en la puerta de la
audiencia con pancartas, camisetas y gritos de no al ERE. Hasta que no
te encuentras en estas situaciones nadie puede entender lo importantes
que son estas movilizaciones.
Estupor: Subimos a la
primera planta donde se celebrará el juicio. Nos hacen entrar en una
sala donde apenas caben 30 personas, que prácticamente se llena con los
compañeros de CGT, Cobas y con el séquito de la empresa. Veo que faltan
muchos firmantes, no se si es que les da vergüenza venir o que no tienen
interés.
Vergüenza: Pasada media hora del juicio, con la
sala llena a rebosar, veo como una responsable de la empresa se levanta y
abre la puerta para que un cabecilla de los firmantes pueda entrar.
Acto seguido se sienta en el banquillo con la empresa. Creo que es la
imágen mas esclarecedora de lo que está pasando en este proceso.
Expectación:
El juicio va avanzando y los abogados de Cobas (Olga) y de CGT
(Jacinto) van cosechando el fruto de todo el trabajo y toda la lucha que
se ha realizado estos meses. A pesar de los ingentes medios que utiliza
la empresa a nuestra costa, los demandantes son capaces de demostrar la
mala fe de la dirección al ocultarnos información vital para determinar
las causas esgrimidas para justificar este ERE. También logran
demostrar, a través del propio perito de la empresa, que no hay relación
entre la variación de existencias y la plantilla de Indra Sistemas, por
lo que no se entiende que quieran solucionarlo a través de despidos.
Decepción:
Como se ha demostrado que los firmantes tomaron una decisión en base a
un información sesgada y falseada, se solicita la nulidad de este
proceso, dándoles la oportunidad de rectificar su posición.
Lamentablemente, aún con las evidencias demostradas en el juicio, los
firmantes se mantienen en su posición avalando las causas y dan aire al
abogado de la empresa, que esgrime con fuerza que cuenta con más del 70%
de la representación de los trabajadores.
Orgullo:
Finaliza el juicio. Mientras los firmantes salen con la cabeza gacha y
los miembros de la empresa se van deprisa y con caras muy largas, me
fijo en los compañeros. Veo orgullo, satisfacción por el trabajo
realizado y cansancio, mucho cansancio por todo lo vivido y sufrido.
Salimos a la calle y vemos que aún quedan un numerosos grupo de
compañeros, que nos reciben con gritos de ánimo después de estar mas de 5
horas en la calle animando y haciéndose oír en este océano de
indiferencia que nos rodea.
Rabia: Me doy cuenta de lo
injusto de esta situación. De que una vez mas pretenden hacernos pagar a
los trabajadores los caprichos de los de arriba. Me da rabia ver como
los que se suponen han de estar al lado del resto de los trabajadores
mercadean sus privilegios de forma tan ostentosa y pública. Me da rabia
pensar que esto lo hubiésemos parado con una movilización masiva y
contundente, pero muchos se piensan que los problemas se los han de
arreglar otros.Dentro de dos semanas sabremos si unas personas ajenas a
la realidad nuestra de cada día nos darán la razón, o prevalecerán la
fuerza y la influencia de la empresa. Pero qué rabia me da pensar que
esto lo podríamos haber parado entre todos desde el primer día.
Dentro
de dos semanas tendremos la sentencia, todos sabemos que este no es más
que el primer asalto, porque pase lo que pase, la parte contraria
terminará recurriendo el dictamen.
¡SI LUCHAS PUEDES PERDER, SI NO LUCHAS ESTÁS PERDIDO!